La reforestación de coníferas es una de las principales formaciones forestales del parque, frecuente sobre todo en las vertientes sur y este, a altitudes entre 150 y 1000 metros. El origen antrópico es la base de su reducido valor naturalista, con un bajo nivel de diversidad florística, debido a la acidificación del sustrato y a la gruesa capa de agujas depositadas en el suelo, lo que permite el desarrollo de unas pocas especies. En todos los pinares, sin embargo, hay una lenta y gradual renovación con especies que dominan el encinar (Quercus ilex), debido tanto a la reducida tasa de renovación de estas asociaciones artificiales, como a la progresiva sustitución de las mismas por bosques nativos.
Los pinares vesubianos pueden consistir principalmente en pino doméstico (Pinus pinea), utilizado en el pasado para la producción de valiosos piñones, pino marítimo (Pinus pinaster) y, en menor medida y de forma localizada, pino negro (Pinus nigra); también están muy extendidos los bosques mixtos de pino, sobre todo en la vertiente norte del Vesubio. En el diorama se representa un pinar Pinus pinea.