Peculiaridades floreales del complejo volcánico

La flora del complejo volcánico es de tipo esencialmente mediterráneo, por la relativa vecindad al mar y las cuotas modestas que alcanzan al máximo  los 1281 metros sobre el nivel del mar del Grande Cono del Vesubio. De la copiosa literatura resultan verificadas en el tiempo más de 1000 especies,  considerando también aquellas extinguidas y aquellas  cuya colonización es reciente. Hoy muchas de las especies presentes en el pasado no han sido halladas más, a causa sea de las variaciones de empleo del suelo que del acentuarse de la presencia del hombre, sobre todo en las últimas décadas. Recientes estudios han permitido verificar que la flora presente en el territorio vesubiano cuenta, comprendidas las especies ajenas que se han transformadas en espontáneas, más de 800 entidades, de las que sólo acerca del 2% son endémicas, como la rara Carmelitilla (Silene giraldii), presente, además que en el Vesubio, también a Capri y a Isquia.

Las orquídeas representan una de las familias vegetales más ricas en especie al mundo: cuentan, en efecto, más de 25.000 tipos diferentes, difusas sobre toda la superficie terrestre, a excepción de las regiones con climas muy fríos o desérticos. Las flores, además de ser particularmente elegantes, delicados y variopintos, son extremadamente desarrollados para conformarse con la polinización a obra de los insectos, polinización entomófila.
En el área del Parque Nacional del Vesubio son presentes 21 especies de orquídeas, que pintan en primavera el sotobosque con tintes delicados, de blanco a rosa, de lila a fucsia; su floración es breve y hace falta ser pacientes y atentos para coger el momento en que se pueden admirar espléndidas floraciones. Sólo una especie, Spiranthes spiralis, florece en otoño.

giglio

En las últimas décadas los profundos cambios de origen antrópica ha favorecido el asentamiento de muchas especies extrañas a la flora vesubiana. La introducción de plantas exóticas a menudo ha sido justificada por la necesidad de acelerar la recolonización de suelos desnudos y de estabilizar las laderas. Tales especies a menudo han producido impactos sobre las asociaciones vegetales autóctonas, sobre todo porque algunas de las esencias introducidas han manifestado capacidad competitivas tales de alterar los equilibrios ecológicos del ambiente en el que han sido insertadas.

Entre las especies ajenas son incluidas la Genista aetnensis, endémica del Etna y de Cerdeña oriental e importada en el Vesubio en 1906 para efectuar reforestaciones, hoy ampliamente presente y la Robinia, originaria del Norte América, que ha constituido también formaciones monoespeciíficas sobre todo en  las laderas del Monte Somma.

papavero

El abedul (Betula pendula) es una especie a gravitación Eurosiberiana que extende su área del Círculo Polar Ártico a las áreas montañosas de la región mediterránea. Está presente con pequeños núcleos sobre el monte Somma, interpretados como testimonio de bosques mesófilos relictos que revistían las laderas del volcán en épocas pasadas, caracterizados por climas más húmedos y frescos de aquellos actuales; pero también podría ser expresión de particulares condiciones microclimáticas de tipo continental que se han creado en estrechas áreas del complejo volcánico. Además que de un punto de vista fitogeográfico, esta planta también reviste un interés elevado porque rara y a riesgo de extinción a nivel regional.