En septiembre de 2015, los gobiernos de 193 Países miembros de la ONU han suscrito un programa de acción para las personas, el planeta y la prosperidad. La agenda 2030 con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (SDGs), expresa un claro juicio sobre el grave impacto que el actual modelo de desarrollo tiene, no sólo sobre el plan ambiental, pero también sobre aquel económico y social. A partir del plan ambiental y territorial, el logro de los objetivos de la agenda 2030 también puede ocurrir por elecciones y comportamientos sostenibles, individuales y no, en cada campo de la producción y el consumo, de la agricultura a la construcción, de las infraestructuras a la gestión de los rechazos.
El consumo de suelo es una de las causas de inundaciones y escasez hídrica; interviene en la calefacción global, amenaza la biodiversidad, reduce las áreas cultivables, acelera los procesos de desertificación.
Los materiales por una construcción inteligente
La construcción produce cada año millones de toneladas de rechazos de construcción y de demolición, a menudo difícilmente eliminables o reciclables por la variedad de las sustancias utilizadas. Lo que comporta la necesidad de realizar vertederos a hoc con consiguiente destrucción de suelo.
Para construir o reestructurar, hace falta evitar cuanto más posible el empleo de los materiales que provienen de la industria petrolquímica y siempre elegir materiales eco-compatibles, reutilizables y reciclables como piedra, hierro y madera.
Utilizando la madera en construcción no se contribuye a la deforestación si se asegura que la madera para usos constructivos sólo provenga de bosques a corte controlado, en los que los árboles cortados tienen que ser replantados. Estos bosques garantizan la mejoría del aire, la baja de las temperaturas, la repoblación de la fauna y la flora salvaje, garantiza riqueza.

Las pavimentaciones que no consumen el suelo
El componente vegetal y el terreno desnudo absorben menos calor de los materiales que normalmente se utilizan por las pavimentaciones externas, por ejemplo el asfalto, contribuyendo por lo tanto a bajar la temperatura del aire circunstante.
Por ejemplo: las piedras naturales posadas en seco y lo batido de toba o lapillo, técnica que consiste en mezclar el material natural – toba o lapillo – con aglutinantes hidráulicos.

Las alfombras herbosas reforzadas con emparrillados, pueden ser ideales para pequeñas y grandes áreas con tráfico reducido.
La tierra estabilizada es una técnica que permite mejorar la calidad y la mecánica de los terrenos en situ, gracias al empleo de un catalizador de construcción biológica a base de sales inorgánicos complejos, que eleva sus características de compactabilidad y resistencia mecánica, y es reciclable al 100%.
La agricultura biológica
Este método de producción concierne sea los cultivos sea las crías y sólo admite el empleo de sustancias naturales, excluyendo los organismos genéticamente modificados (OGM), los abonos químicos, los herbicidas, los insecticidas, etcétera; utilizando especies resistentes a las enfermedades y técnicas de cultivo adecuadas. De esta manera se reducen los impactos negativos de las actividades agrícolas en aire, suelo y biodiversidad.

La reutilización
Reutilizar las áreas ya impermeabilizadas y edificios abandonados, reducen el consumo de las áreas verdes y la consiguiente ulterior impermeabilización de los suelos.
Proyectos de compensación y de-impermeabilización
Es oportuno que los proyectos prevean actividades que limiten dentro de lo posible la impermeabilización y mitiguen sus consecuencias usando “medidas de compensación”, que reducen el impacto recobrando suelo. Se puede también prever de de-impermeabilizar una zona como intervención de mejora.
Gestión sostenible de los rechazos y reducción de los embalajes
El saneamiento de los sitios contaminados, la reducción de la extensión de los sitios de vertedero, gracias a una correcta recuperación de los rechazos diferenciados y la reducción del número y la calidad de los embalajes contribuyen a salvaguardar el suelo y el ambiente.